La demolición del puente de San Antón / Ignacio Uribarri Jaureguizar.
Bilbao : Muelle de Uribitarte, 2009.
124 p. . il.
Serie: Bilbaínos Recuperados
ISBN 9788493758707*
Materias:
Puentes - Bizkaia.
Puente San Antón (Bilbao)
Biblioteca A-725.95 DEM
La Fundación Bilbao 700 publica dos nuevos libros sobre la villa a finales del siglo XIX"
La demolición del Puente de San Antón", de Ignacio Uribarri, recoge el debate suscitado por dicho acontecimiento entre la alta burguesía bilbaina
Bilbao.net, 2009-12-14
[…] La Fundación Bilbao 700-III Millenium Fundazioa y la editorial Muelle de Uribitarte Editores vuelven a unir sus esfuerzos para recuperar el recuerdo de un acontecimiento y de un personaje singulares de las últimas décadas del siglo XIX: la demolición del puente viejo de San Antón y la trayectoria vital de Pacho Gaminde, viajero incansable y uno de los mayores chirenes de la historia de Bilbao.
“La demolición del puente de San Antón” es el título del volumen elaborado por Ignacio Uribarri Jaureguizar (Bilbao, 1942) dentro de la colección BILBAINOS RECUPERADOS de la Fundación Bilbao 700-III Millenium Fundazioa. A lo largo de casi 130 páginas, Uribarri describe el día a día de “aquella generación de hombres prodigiosos” que logró catapultar hacia el futuro a aquel Bilbao diezmado por las Guerras Carlistas y el cólera, hasta el punto de multiplicar por dos la población de la Villa en apenas 24 años.
“En aquel Bilbao sietecallero cantó Gayarre cuando el Teatro Real le consideró demasiado costoso para Madrid. Tocó Braylowski, recitó Ercilla, pensaron Unamuno y Sabino Arana, Alberto del Palacio construyó el Puente Colgante para la Ría y el Palacio de Cristal para El Retiro, Ibarra y Martínez Rivas hicieron Altos Hornos, Sota y Echebarrieta mil barcos, el Dr. Areilza el Hospital de Triano, Gortázar el Banco de Vizcaya y en el frontón de Abando jugaba el Chiquito”, señala Uribarri en un párrafo del libro.
Poco antes de que Bilbao diera el gran salto al otro lado de la Ría con la anexión de Abando, la alta burguesía bilbaina residente en las Siete Calles había convertido la anteiglesia de Deusto en su lugar preferido de veraneo. Eran famosas por entonces las sardinas de Bermeo, las guindas de Barakaldo, el txakoli de Santurtzi y las naranjas de Bakio.
En aquel preciso momento de la historia de Bilbao, la demolición del puente viejo de San Antón —con el fatal hundimiento del arco central que se saldó con seis personas muertas— fue motivo de un encendido al más alto nivel. El ingeniero Pablo de Alzola, coautor del nuevo puente de San Antón —dinamitado en la Guerra Civil— y del proyecto del Ensanche y Alcalde de Bilbao durante la demolición del puente, justificó tal medida en nombre del progreso y desde el convencimiento de que contribuiría a reducir el riesgo de inundaciones en las Siete Calles.
Frente a él, el impresor Juan E. Delmás, el escritor Antonio de Trueba y la sociedad recreativa Kurding Club —medio centenar de “veinteañeros educados en Londres y París”— propusieron conservar el puente por su valor artístico e histórico. “Tres monumentos tenía Bilbao que merecían conservarse a toda costa: la torre de Zubialdea, única casa solariega e infanzona anterior a la fundación de la Villa [demolida en 1865]; la iglesia de Santiago erigida también con anterioridad a la fundación de la Villa en 1300, y el Puente de San Antón, anterior también a la fundación de Bilbao”, escribió Trueba en “El Noticiero Bilbaino”.
Por último, Emiliano de Arriaga, autor del “Lexicón Bilbaino” y Teniente de Alcalde en la época del derribo, solicitó la elaboración de una maqueta que recordara para siempre al viejo puente.
Fuente | Bilbao.net
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