jueves, 16 de diciembre de 2010

libro+ | Viajes en la transición de la arquitectura española hacia la modernidad

Viajes en la transición de la arquitectura española hacia la modernidad : actas preliminares : Pamplona, 6-7 mayo 2010.
Pamplona : T6) Ediciones, 2010.
512 p. : il.
ISBN 9788492409136*

Materias:
Arquitectura - Teoría.
Arquitectura Filosofía.
Biblioteca A-72-01 VIA

Texto completo | ETSA Universidad de Navarra

Los viajes han sido siempre uno de los cauces importantes para la transmisión y extensión de los hallazgos y novedades en todos los ámbitos de la cultura. Pero cobran especial importancia en momentos concretos que se dan a veces en las civilizaciones, cuando se están produciendo cambios de mayor trascendencia que, si tal vez se concretan antes en un lugar que en otro, son novedades que todos anhelan y para los que están preparados, de modo que los hallazgos de cualquiera en cualquier parte, los asimilan rápidamente los demás, como un incendio en un bosque, en el que los viajes cumplen el papel del viento que lo extiende, aventando las pavesas. El Congreso se plantea en torno al concepto mismo del viaje como hecho cultural y en torno al modo en que se produjo ese trasiego de información hacia España en el nacimiento del movimiento moderno, por medio de los viajes de algunos de sus protagonistas; esos viajes tuvieron móviles y duraciones muy distintos: por simple placer, por razones políticas, económicas, artísticas, ...; pero el hecho es que, con dos guerras como trasfondo, tuvieron su peso en el modo de hacer de la pléyade de buenos arquitectos que aparecieron en los años 50 como surgidos de la nada, que fueron después los maestros de los buenísimos arquitectos españoles de los 80 y 90.

Presentación
Viajer, progresar..., pero... despacio
José Manuel Pozo


[...] El tema de este VII Congreso, Viajes en la transición de la arquitectura española a la modernidad, ha servido, una vez más, para descubrir hasta qué punto desconocemos nuestros orígenes, y para abrir interesantes caminos de investigación y de profundización; pero sobre todo, en un momento como el presente, de crisis social y, necesaria y consecuentemente, al menos por lo que a España se refiere, también en la arquitectura, sobre todo en el ámbito docente, me parece que lo aquí recogido debería servir para hacernos reflexionar y para intentar aprender de nuestro pasado; aprender de los que han sido nuestros maestros, de su sencillez y su profesionalidad, de su afán de saber y de progresar, de su espíritu de servicio, de su desinteresada búsqueda de una sociedad nueva, de su despreocupación por la propia monografía…; deberíamos mirar más hacia atrás, y tratar de seguir el ejemplo de quienes nos trajeron en volandas hasta aquí, para honrar su magisterio, más que con homenajes, continuando su lucha.

Hoy también viajamos y viajamos mucho, y muy deprisa; los viajes ya no son de meses, ni menos aun de años, pero lo grave es que eso no sucede sólo con el viaje físico, transportados por un medio, rápido o lento, a un lugar distinto; sucede sobre todo con el viaje figurado –o no– de la vida, que es un viaje sin retorno: el viaje de la propia construcción como persona y, en este caso, como arquitecto; ha desaparecido el viaje del asombro, el viaje interior, el viaje reflexivo y sereno, de estudio y esfuerzo; ya no se viaja más que por fuera, buscando la novedad fácil, con curiosidad superficial, de masas, y la masa y la elite no pueden desear lo mismo, y si lo desean, es que todo es masa. Y lo que la sociedad necesita son elites. Y punto, como decía Sáenz de Oiza.

Sin nostalgias paralizantes, debemos pensar en seguir luchando por lo que hizo grandes a nuestros maestros y perder la prisa; la prisa por triunfar, la prisa por llegar, la prisa por cambiar. Tal vez descubriremos que ese es uno de los daños mayores que el mundo del mass media ha hecho a la sociedad, y sigue haciendo, porque desde luego es indudable que a la arquitectura, imagen espacial de la sociedad, se lo ha hecho.

Ser debería ser más importante que parecer. Mala cosa para una sociedad cuando imponen su ley y la gobiernan los profesionales del parecer, cuando lo que se dirige a los sentidos impera sobre lo que alimenta la razón, y no hay tiempo para descubrir lo qué ocultan las apariencias.

Hay que volver a viajar despacio, por el mundo y por la vida, con tiempo para la reflexión,… con tiempo para la verdad.

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