Madrid : Cátedra, 2017.
405 p. : il.
Serie: Signo e imagen ; 173.
/ ES / Libros / Cómics / Historietas dibujadas / Representación gráfica
📘 Ed. impresa: ISBN 9788437636870
Cita APA-7: Bordes, Enrique (2017). Cómic, arquitectura, narrativa (1ª, Ser. Signo e imagen, 173). Cátedra.
ehuBiblioteka BCG A-741.5 COM
https://ehu.on.worldcat.org/oclc/1026177579
[.es] Lo que hoy llamamos cómic es una expresión que nace en el siglo XIX pero tiene sus raíces en la necesidad humana de narrar a través de imágenes que le sobrevivan. Este libro reflexiona en torno a ese medio de dos dimensiones, que en su sofisticación consigue representar hasta cuatro contando las del espacio y el tiempo. Es un viaje con paradas tanto en el clásico popular del número 13 de la Rue del Percebe como en las páginas medievales de los beatos, que se detiene a mirar cómics realizados por arquitectos o arquitectura concebida por autores de viñeta, que compendia teorías que desentrañan este medio gráfico y cierra con un catálogo de estrategias para contar historias mientras se dibujan ventanas o escaleras.
Discurso o experiencia.
Justo Isasi | Arquitectura Viva, 2017-12-31
https://arquitecturaviva.com/libros/comic-arquitectura-narrativa
Han pasado varias generaciones desde que se empezó a considerar que el cine trabajaba con los contenidos poéticos de las artes supuestamente tradicionales. Entonces los futuristas lo elevaron como la séptima de las artes. También desde entonces, en sincronía con la tira de celuloide y a veces fundida con ella, la tira de viñetas sobre papel ha utilizado cada vez más las imágenes de las bellas artes y los textos de la literatura. Menos exigentes que la novela con la imaginación del lector y más que la película, las viñetas inspiran desde hace mucho a las demás artes, devolviéndoles su préstamo inicial. Y como arte del siglo xx, el cómic cuenta ya con un río de antologías, tratados, ensayos y tesis sobre la relación entre del cómic con otras disciplinas.
Ahora, una tesis doctoral sobre cómic y arquitectura llevada a cabo por Enrique Bordes se transforma en ensayo, y en ambos casos se trata de un mismo desafío: el de pensar el cómic como arquitectura, un difícil experimento con las dos artes para el que Bordes introduce como catalizador al elemento narrativo, que hace del cómic una especie de discurso.
Se podría así seguir el conocido y flexible guión que considera lenguajes tanto a la arquitectura como a las viñetas. Pero abre un desafío más difícil, que seguramente sólo puede abordarse desde una experiencia real de la arquitectura y desde una experiencia real del cómic. La primera ya fue orientada hace tiempo por autores perspicaces como Rasmussen o Norberg-Schulz en sus escritos y fotos de la experiencia y las intenciones de la arquitectura. La segunda quizá espera todavía sus textos iniciáticos para un ancho público. El libro del profesor Bordes, por su origen académico, carga todavía con el peso propio de las antologías, desde los grabados prehistóricos en adelante. Pero, en un elegante desarrollo, apunta percepciones lúcidas sobre nuestra manera de leer cómic, muy útiles para para poder pensarlo como arquitectura. El lector sólo tiene que revivir allí sus propias emociones y hacer un experimento de fusión.
Ahora, una tesis doctoral sobre cómic y arquitectura llevada a cabo por Enrique Bordes se transforma en ensayo, y en ambos casos se trata de un mismo desafío: el de pensar el cómic como arquitectura, un difícil experimento con las dos artes para el que Bordes introduce como catalizador al elemento narrativo, que hace del cómic una especie de discurso.
Se podría así seguir el conocido y flexible guión que considera lenguajes tanto a la arquitectura como a las viñetas. Pero abre un desafío más difícil, que seguramente sólo puede abordarse desde una experiencia real de la arquitectura y desde una experiencia real del cómic. La primera ya fue orientada hace tiempo por autores perspicaces como Rasmussen o Norberg-Schulz en sus escritos y fotos de la experiencia y las intenciones de la arquitectura. La segunda quizá espera todavía sus textos iniciáticos para un ancho público. El libro del profesor Bordes, por su origen académico, carga todavía con el peso propio de las antologías, desde los grabados prehistóricos en adelante. Pero, en un elegante desarrollo, apunta percepciones lúcidas sobre nuestra manera de leer cómic, muy útiles para para poder pensarlo como arquitectura. El lector sólo tiene que revivir allí sus propias emociones y hacer un experimento de fusión.
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