94 p. : il.
Colección: Arquitectura y Urbanismo ; 82.
ISBN 9788484488750
Arquitectura -- Siglo XX -- España.
Movimiento Moderno (Arquitectura)
Sbc Aprendizaje A-72.036(460) MOD
http://millennium.ehu.es/record=b1854295~S1*spi
Una de las características fundamentales del Movimiento Moderno, desarrollado durante las décadas de los años veinte y treinta del pasado siglo y que muchos califican como periodo heroico, fue su manifiesta voluntad por ser modernos; entendiendo este término como oposición a antiguo, tradicional, clásico e histórico.
Sin embargo, practicar la modernidad excluyente y ortodoxa no fue la única manera de proceder. Sert, Torrres, Subirana, R. Arias, Aizpurua o Mercadal, con distinta fortuna, cultivaron la cohabitación de los antónimos; de aquello que en principio se entendía como opuesto, sin perder las señas de identidad con la vanguardia. A través de diversas propuestas de inspiración mediterránea reconciliaron las incompatibilidades de los puristas: la piedra del lugar se combinó con el muro cortina; la contraventana mallorquina se incorporó a la naturaleza de las composiciones abstractas de fachada; las viviendas de pescadores de Ibiza se ejemplificaban como paradigma de la modernidad, lo estándar y lo funcional. Practicaron otras arquitecturas que supieron disolver dicotomías irreconciliables, sin perder su carácter contemporáneo.
Este ensayo intenta explicar aquella contribución original de aquellos inquietos profesionales que tuvieron sus primeros contactos con la modernidad tras su militancia en el GATEPAC. Nuevas prácticas que demostraron que era posible hacer una vanguardia formalmente alternativa que tenía como referencia otros lenguajes extraídos del ámbito local.
Sin embargo, practicar la modernidad excluyente y ortodoxa no fue la única manera de proceder. Sert, Torrres, Subirana, R. Arias, Aizpurua o Mercadal, con distinta fortuna, cultivaron la cohabitación de los antónimos; de aquello que en principio se entendía como opuesto, sin perder las señas de identidad con la vanguardia. A través de diversas propuestas de inspiración mediterránea reconciliaron las incompatibilidades de los puristas: la piedra del lugar se combinó con el muro cortina; la contraventana mallorquina se incorporó a la naturaleza de las composiciones abstractas de fachada; las viviendas de pescadores de Ibiza se ejemplificaban como paradigma de la modernidad, lo estándar y lo funcional. Practicaron otras arquitecturas que supieron disolver dicotomías irreconciliables, sin perder su carácter contemporáneo.
Este ensayo intenta explicar aquella contribución original de aquellos inquietos profesionales que tuvieron sus primeros contactos con la modernidad tras su militancia en el GATEPAC. Nuevas prácticas que demostraron que era posible hacer una vanguardia formalmente alternativa que tenía como referencia otros lenguajes extraídos del ámbito local.
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