Arquitectura Viva, Madrid : 2015.
119 p. : fot., planos.
Ed. bilingüe español e inglés.
En : AV : monografías = monographs, n. 182 (2016)
ISBN 9788460848103
O'Donnell, Sheila, 1953-
Tuomey, John, 1954-
Arquitectura -- Siglo XX -- Irlanda.
Arquitectura -- Siglo XXI -- Irlanda.
Arquitectura -- Siglo XXI -- Gran Bretaña.
Sbc Aprendizaje A-72(082) *AVM/182
http://millennium.ehu.es/record=b1826739~S1*spi
A lo largo de casi treinta años, los irlandeses O’Donnell + Tuomey se han forjado una carrera especializada en proyectos públicos que presta especial atención a la función cívica de la arquitectura. Tras coincidir en la oficina de James Stirling en Londres, Sheila O’Donnell (1953) y John Tuomey (1954) fundaron su propio estudio en 1988 en Dublín, donde comenzaron a trabajar en proyectos para la renovación del centro urbano y desde donde hoy diseñan grandes edificios culturales para Londres o Budapest. Su obra ha ido dilatándose en escala y consolidando su compromiso con la calidad material y la coherencia formal, siendo reconocida con la prestigiosa Medalla de Oro del RIBA en 2015. El número 182 de AV Monografías analiza esta trayectoria con una selección de veinte obras y proyectos, precedida por un texto del crítico Kenneth Frampton y una entrevista de Laura Fernández Suárez, donde se analizan las obras y los conceptos que han sido fundamentales para la formulación de la particular gramática constructiva de los arquitectos.
Cultura material / Luis Fernández-Galiano
La cultura arquitectónica es pensamiento material, y pocas obras lo expresan tan bien como las que a lo largo de un cuarto de siglo se han concebido en el estudio dublinés de Sheila O’Donnell y John Tuomey. La pareja irlandesa aspira a levantar edificios sin edad, obras que alcancen una dimensión intemporal a través de su exacta lectura del programa y su cuidadosa adecuación al entorno, y no hay herramienta mejor para lograr este propósito que articular los usos y el lugar mediante la materialidad de la arquitectura. Autores de una secuencia sin suturas de obras a menudo tan modestas en sus dimensiones físicas como ambiciosas en su intención estética, los arquitectos emplean materiales tradicionales con una sintaxis moderna, detallando los encuentros con seca elegancia, e insertando la construcción nueva en el tejido urbano existente con la misma naturalidad con la que los nuevos usos añaden sus notas en sordina a la música rumorosa de la vida cotidiana.
Esta cultura material lo es pues de la construcción, pero no en menor medida del programa y el lugar, que se interpretan desde una visión humanista para orquestar las necesidades del cliente y las exigencias del entorno mediante las fábricas del edificio, en un diálogo minucioso con todos los actores implicados en este empeño coral, y muy especialmente con los operarios que intervienen en la fabricación y puesta en obra de los diferentes elementos. La dimensión pública y social de la arquitectura de O’Donnell y Tuomey, que se localiza sin dificultad tanto en su sensibilidad urbana como en su oído atento a las demandas cívicas, reside igualmente en ese protagonismo del diálogo a múltiples bandas, capaz de enriquecer los proyectos con gestos inesperados o innovaciones materiales que se amalgaman sin esfuerzo con el sólido bagaje de referencias de su formación académica en Dublín y profesional en Londres, donde trabajaron en la oficina de James Stirling.
Representantes ejemplares de la nueva arquitectura irlandesa, O’Donnell y Tuomey han sabido enfrentarse a la extrema volatilidad de la hiperglobalizada economía del país —que tras la burbuja inmobiliaria y del crédito donde se gestó ‘el tigre celta’ sufrió el desplome y el rescate, para volver a surgir hoy de forma impetuosa como base europea de multinacionales farmacéuticas o tecnológicas estadounidenses, desde Pfizer hasta Apple, Facebook o Google, resucitando de sus cenizas para merecer el nombre de ‘el fénix celta’— mediante la continuidad callada y el imperturbable arcaísmo de su lenguaje material, que remite a las constantes físicas y climáticas de una nación mítica, más literaria que artística, y donde el paisaje conforma su identidad más reconocible y permanente. Pero la Irlanda onírica de Yeats es hoy un emporio mudable de la economía digital, y sólo la defensa tenaz de su cultura material puede otorgar estabilidad a su azarosa singladura reciente.
SUMARIO
Cultura material / Luis Fernández-Galiano
Proyectos y palabras
Una sintaxis tectónica: los proyectos clave / Kenneth Frampton
Un diálogo dublinés: las palabras clave / Laura Fernández Suárez
Otra modernidad
Pabellón irlandés, 1989/1991, Dublín (Irlanda)
Instituto cinematográfico irlandés, 1987-1992, Dublín (Irlanda)
Archivo nacional de fotografía y galería, 1992-1996, Dublín (Irlanda)
Escuela Ranelagh, 1992-1999, Dublín (Irlanda)
Escuela de mobiliario GMIT, 1999-2001, Letterfrack (Irlanda)
Casa Howth, 2000-2003, Howth (Irlanda)
Galería Lewis Glucksman, 2000-2004, Cork (Irlanda)
Escuela primaria Cherry Orchard, 2000-2006, Dublín (Irlanda)
Casa Killiney, 2004-2007, Killiney (Irlanda)
Centro comunitario Sean O’Casey, 2006-2008, Dublín (Irlanda)
Viviendas sociales Timberyard, 2001-2009, Dublín (Irlanda)
Centro cultural de la lengua irlandesa, 2004-2009, Derry (Reino Unido)
Lyric Theatre, 2003-2011, Belfast (Reino Unido)
Photographers’ Gallery, 2006-2012, Londres (Reino Unido)
Centro de estudiantes de la LSE, 2009-2014, Londres (Reino Unido)
Escuela St. Angela, 1999-2015, Cork (Irlanda)
Pasarela peatonal en la UCC, 2008-, Cork (Irlanda)
Universidad Central Europea, 2011-, Budapest (Hungría)
Casas Sundays Well, 2013-, Cork (Irlanda)
Centro de estudiantes de la UCC, 2014-, Cork (Irlanda)
Cultura material / Luis Fernández-Galiano
La cultura arquitectónica es pensamiento material, y pocas obras lo expresan tan bien como las que a lo largo de un cuarto de siglo se han concebido en el estudio dublinés de Sheila O’Donnell y John Tuomey. La pareja irlandesa aspira a levantar edificios sin edad, obras que alcancen una dimensión intemporal a través de su exacta lectura del programa y su cuidadosa adecuación al entorno, y no hay herramienta mejor para lograr este propósito que articular los usos y el lugar mediante la materialidad de la arquitectura. Autores de una secuencia sin suturas de obras a menudo tan modestas en sus dimensiones físicas como ambiciosas en su intención estética, los arquitectos emplean materiales tradicionales con una sintaxis moderna, detallando los encuentros con seca elegancia, e insertando la construcción nueva en el tejido urbano existente con la misma naturalidad con la que los nuevos usos añaden sus notas en sordina a la música rumorosa de la vida cotidiana.
Esta cultura material lo es pues de la construcción, pero no en menor medida del programa y el lugar, que se interpretan desde una visión humanista para orquestar las necesidades del cliente y las exigencias del entorno mediante las fábricas del edificio, en un diálogo minucioso con todos los actores implicados en este empeño coral, y muy especialmente con los operarios que intervienen en la fabricación y puesta en obra de los diferentes elementos. La dimensión pública y social de la arquitectura de O’Donnell y Tuomey, que se localiza sin dificultad tanto en su sensibilidad urbana como en su oído atento a las demandas cívicas, reside igualmente en ese protagonismo del diálogo a múltiples bandas, capaz de enriquecer los proyectos con gestos inesperados o innovaciones materiales que se amalgaman sin esfuerzo con el sólido bagaje de referencias de su formación académica en Dublín y profesional en Londres, donde trabajaron en la oficina de James Stirling.
Representantes ejemplares de la nueva arquitectura irlandesa, O’Donnell y Tuomey han sabido enfrentarse a la extrema volatilidad de la hiperglobalizada economía del país —que tras la burbuja inmobiliaria y del crédito donde se gestó ‘el tigre celta’ sufrió el desplome y el rescate, para volver a surgir hoy de forma impetuosa como base europea de multinacionales farmacéuticas o tecnológicas estadounidenses, desde Pfizer hasta Apple, Facebook o Google, resucitando de sus cenizas para merecer el nombre de ‘el fénix celta’— mediante la continuidad callada y el imperturbable arcaísmo de su lenguaje material, que remite a las constantes físicas y climáticas de una nación mítica, más literaria que artística, y donde el paisaje conforma su identidad más reconocible y permanente. Pero la Irlanda onírica de Yeats es hoy un emporio mudable de la economía digital, y sólo la defensa tenaz de su cultura material puede otorgar estabilidad a su azarosa singladura reciente.
SUMARIO
Cultura material / Luis Fernández-Galiano
Proyectos y palabras
Una sintaxis tectónica: los proyectos clave / Kenneth Frampton
Un diálogo dublinés: las palabras clave / Laura Fernández Suárez
Otra modernidad
Pabellón irlandés, 1989/1991, Dublín (Irlanda)
Instituto cinematográfico irlandés, 1987-1992, Dublín (Irlanda)
Archivo nacional de fotografía y galería, 1992-1996, Dublín (Irlanda)
Escuela Ranelagh, 1992-1999, Dublín (Irlanda)
Escuela de mobiliario GMIT, 1999-2001, Letterfrack (Irlanda)
Casa Howth, 2000-2003, Howth (Irlanda)
Galería Lewis Glucksman, 2000-2004, Cork (Irlanda)
Escuela primaria Cherry Orchard, 2000-2006, Dublín (Irlanda)
Casa Killiney, 2004-2007, Killiney (Irlanda)
Centro comunitario Sean O’Casey, 2006-2008, Dublín (Irlanda)
Viviendas sociales Timberyard, 2001-2009, Dublín (Irlanda)
Centro cultural de la lengua irlandesa, 2004-2009, Derry (Reino Unido)
Lyric Theatre, 2003-2011, Belfast (Reino Unido)
Photographers’ Gallery, 2006-2012, Londres (Reino Unido)
Centro de estudiantes de la LSE, 2009-2014, Londres (Reino Unido)
Escuela St. Angela, 1999-2015, Cork (Irlanda)
Pasarela peatonal en la UCC, 2008-, Cork (Irlanda)
Universidad Central Europea, 2011-, Budapest (Hungría)
Casas Sundays Well, 2013-, Cork (Irlanda)
Centro de estudiantes de la UCC, 2014-, Cork (Irlanda)
No hay comentarios:
Publicar un comentario