Jorge Oteiza, animal fronterizo : casa-taller, Irún 1957-58 / Guillermo
Zuaznabar.
Actar, Barcelona : 2001.
110 p. : il.
ISBN 8495273853
Biblioteca Sbc Aprendizaje A-73 OTEIZA JOR
Jorge Oteiza (Orio, Gipuzkoa 1908) ha construido una única obra
arquitectónica, que se encuentra al borde de su desaparición. La que durante
veinticinco años fuera su casa-taller en Irun ha sido paulatina y violentamente
olvidada y degradada. Este libro la rescata, en un intento por comprender y
guardar el singular proyecto fronterizo de Oteiza. Aquí se pueden encontrar
aquellos documentos hasta ahora inéditos, que permiten entender cómo Oteiza
proyectó su casa-taller, qué construyó y cómo construyó. Este ejercicio lleva a
caminos que conducen a la obra y posiciones de artistas, poetas y
arquitectos (Donald Judd, José Ángel Valente…) hasta ahora de parentesco sólo
sospechado. Desde las obras descritas Oteiza se revela, una vez más, fuente
avanzada.
Desde 1996, Zuaznabar desarrolla una intensa labor de crítica y de
reflexión estética en torno a la arquitectura, apareciendo sus escritos en
distintos medios de reconocido prestigio: Quaderns, DPA, Big Bend Sentinel,
etc. Especialmente interesantes y pioneros son sus trabajos sobre la figura de
Jorge Oteiza. El profesor donostiarra es uno de los expertos que más ha
investigado la obra del artista y pensador guipuzcoano y varios libros y
exposiciones lo certifican. Títulos como, “Jorge Oteiza animal fronterizo. Casa
Taller Irún 1957‐1958”, “Oteiza‐Oíza. Línea de defensa en Alzuza” o “Piedra en
el paisaje” son documentos de referencia para conocer y entender la obra del
conocido como “maestro de la pérdida”.
Casa de todos
Luisa Etxenike | El País,
2001-11-18
En “Borderlands” la escritora chicana Gloria Anzaldua escribe: 'Las
fronteras están físicamente presentes allí donde dos o más culturas se tocan,
allí donde personas de distintas razas ocupan un mismo territorio; allí donde
coexisten clases bajas, medias y altas; allí donde la intimidad reduce el
espacio entre dos individuos'.
El mundo es -y lo será más en el futuro si hay futuro- un inmenso
territorio fronterizo, construido a partir del roce y del contagio multiétnico
y multicultural. Como lo son las lenguas, siempre polifonías. Como lo es el
alma humana -entendiendo por alma el mestizaje entre pensamiento y deseo
esenciales-, espacio cíclico por excelencia, de la pleamar de la esperanza y la
certeza, a la bajamar de la sospecha y de la duda. Y vuelta a empezar.
De fronteras trata también el libro que acaba de publicar el artista
donostiarra Guillermo Zuaznabar. La obra en sí es una frontera estética
traspasada, vencida; porque es cruce entre lo visual y lo textual, donde la
brillante composición plástica -maqueta, color, tipografía- no es adorno, sino
poderosa estrategia argumental. Donde la historia queda así indisociablemente
unida a su cuerpo físico. Y fronterizo es también su asunto: la historia de la
casa que Jorge Oteiza diseñó y ocupó -junto a Nestor Basterretxea- en Irún, en
la desembocadura de la avenida de Iparralde, en el vecindario del Puente
Internacional.
Ese vecindario es hoy un solar literal y metafórico. Un batiburrillo de
edificios pendientes de derribo, de coches y camiones provisionalmente
aparcados, de destinos precarios, de espera y de fealdad. La casa también se ha
vuelto fea. Añadidos y pegotes han ido desvirtuando con los años el diseño
original. Pero una vez fue una obra de arte, el producto de un discurso
estético, político y existencial poderoso.
La obra de Zuaznabar que publica Actar, bajo el título “Jorge Oteiza,
animal fronterizo”, tiene muchos méritos. Conecta el mundo escultórico de
Oteiza con sus proyectos arquitectónicos, los tiempos de su vida con los de su
obra, los espacios reales del artista con los imaginarios, las indicaciones
políticas con las del deseo. Y, en su búsqueda de la clave fronteriza de la
casa, junta estimulantemente Euskadi con Texas, la explanada del Bidasoa con el
desierto de Marfa.
Pero el libro contiene además los únicos dibujos que existen de la casa
original, obra del propio Guillermo Zuaznabar, que ha ido recogiendo
testimonios documentales y personales, y eliminando sobre el papel los
sucesivos añadidos. Eso le da a la obra un valor excepcional, sobre todo si
tenemos en cuenta que el nuevo plan de urbanización y recuperación de esa zona
de Irún prevé el derribo de la casa.
Vuelvo a Gloria Anzaldua: 'Las fronteras son lugares donde ciertas
facultades, ciertas áreas de la conciencia que estaban dormidas se despiertan'.
Eso debió de saberlo también Jorge Oteiza cuando eligió ser frontera y vivir en
la frontera -'animal fronterizo me declaro en Irún y consecuente y fronterizo
he sido entre animal y hombre, entre la ciudad y la montaña, entre la montaña y
la carretera, entre los demás y la montaña'-.
Una activación de conciencias y de sensibilidades -más acostumbradas a
entender y defender el patrimonio clásico que el moderno- se necesita también
para que la última frontera de la casa fronteriza de Jorge Oteiza no sea la que
la separa del derribo, sino la que la conduce a la recuperación. Sumo para ello
mi voz a la de los que piden un acuerdo entre promotores y Ayuntamiento de Irún
para que la expansión urbanística sea compatible con la conservación del
patrimonio artístico, y demandan, en ese sentido, al Gobierno vasco una
calificación protectora para el edificio, como bien de interés artístico,
cultural o patrimonial. Sumo mi voz a la de aquellos, en definitiva, que
prefieren que los dibujos de Guillermo Zuaznabar sean considerados valiosos no
como memoria de la casa desaparecida de Jorge Oteiza, sino como instrumento
para la restauración de una pieza importante del haber cultural vasco; de una
cosa-casa de todos.
Documentación
Irun construirá un centro de
creación artística en torno a la casa-taller de Oteiza
El inmueble,
muy degradado, ha sido incluido en la nueva ordenación del ámbito
Iñigo Morondo | El Diario Vasco, 2008-07-25
La gasolinera y sus responsables
Critica el autor el desinterés de las distintas instituciones a la hora
de proteger la única obra arquitectónica diseñada por Oteiza.
Guillermo Zuaznabar | El País,
2006-09-30
Tres culpas para cinco
culpables, de Guillermo Zuaznabar en Gara
Caffe Reggio, 2006-09-26
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