sábado, 18 de abril de 2015

#libros #arquitectura | El gusto neoclásico : arquitectura del País Vasco y Navarra


El gusto neoclásico : arquitectura del País Vasco y Navarra / J. Cenicacelaya, M.J. Rúiz de Ael, I. Saloña.
Nerea, Donostia-San Sebastián : 2014.
104 p. : il.
ISBN 9788416254019
Neoclasicismo (Arquitectura) -- País Vasco.
Neoclasicismo (Arquitectura) -- Navarra.
Sbc Aprendizaje A-72.035 GUS
http://millennium.ehu.es/record=b1810658~S1*spi

La presente publicación pretende dar a conocer al público en general, con un lenguaje llano y sencillo, una selección de obras de arquitectura y urbanismo llevadas a cabo a finales del siglo XVIII y principios del XIX en el País Vasco y Navarra. Obras como el acueducto de Noain, la fachada de la catedral de Pamplona, la Plaza Nueva y los Arquillos de Vitoria-Gasteiz, la iglesia de la Asunción de Mutriku, el Plan de Reconstrucción de San Sebastián, el Hospital de Atxuri en Bilbao, la Casa de Juntas de Gernika, el Palacio de la Diputación Foral de Álava o el Cementerio de Dima. Todas ellas aportan, además del propio interés arquitectónico y urbano, el respeto por el lugar de implantación, por el paisaje y el valor simbólico del sitio. 

El gusto neoclásico', una revisión a un estilo «atractivo para los vascos»
La editorial Nerea publica un libro con los edificios más emblemáticos de ese periodo arquitectónico
Teresa Flaño | El Diario Vasco, 2015-02-18
http://www.diariovasco.com/culturas/libros/201502/18/gusto-neoclasico-revision-estilo-20150218020624.html

El neoclasicismo llegó tarde al País Vasco, pero una vez asentado se mantuvo durante muchos años, hasta bien entrado el siglo XIX, como estilo arquitectónico de edificios oficiales, domésticos y religiosos. La clave de ese éxito era que se adaptaba muy bien al gusto severo de los vascos. Sus arquitecturas siempre se han caracterizado por su austeridad, severidad y contención.

Los arquitectos Javier Cenicacelaya, Iñigo Saloña y Mariano J. Ruiz de Ael han recogido en el libro "El gusto neoclásico. Arquitectura del País Vasco y Navarra", publicado por la editorial donostiarra Nerea, los edificios más emblemáticos de ese estilo arquitectónico construidos entre el siglo XVIII y XIX en el País Vasco.

Cenicacelaya comenta respecto a su trabajo que ahora sale a la venta que «el neoclasicismo en el País Vasco tiene particular relevancia porque en esta parte de la Península tuvo un desarrollo bastante amplio en cuanto a número y calidad. Era un estilo muy cercano a la forma de ser de los vascos. Existen una serie de ejemplos que a veces pasan desapercibidos porque son muy severos, funcionales y muy austeros, muy parecidos a primera vista a tardobarrocos. La producción de edificios neoclásicos aquí es muy significativa, de calidad, muy bien construidos, compuestos y situados en el paisaje. Nos parecía interesante hacer un libro de formato manejable de cara al gran público, no solo a los estudiosos, para saber qué cosas importantes tenemos en el País Vasco. El afán ha sido más pedagógico que didáctico».

La intención es que este libro sea el inicio de una serie porque «en nuestros territorios tenemos edificios muy importantes, que la gente los ve y ahora podrá ubicarlos en el tiempo y en el estilo. Conocer los edificios siempre ayuda a quererlos. El formato elegido permite que también sirva como guía para organizarse una excursión para recorrer Euskadi buscando estas construcciones».

Los autores han realizado una depuración del largo listado de construcciones neoclásicas para incidir en los más representativos. «Son las primeras espadas, los edificios más significativos».

En la portada aparece el edificio de las Juntas de Gernika, «del que se construyó solo la mitad, está incompleto. La gente puede saber porqué se hizo así, qué significaba en el tiempo y cuál es su relación con otras edificaciones vascas de su época». Hay construcciones muy significativas como la obra de Silvestre Pérez, autor de la iglesia de la Asunción de Mutriku. «Fue uno de los artistas más importantes. Se le envió castigado a la periferia por ser un afrancesado liberal y dejó una huella magnífica en el País Vasco. Su iglesia de Mutriku es uno de los ejemplos más claros de la esencia neoclásica».

En el texto también se destaca el plan de reconstrucción de San Sebastián tras el asedio y quema de 1813 con un proyecto de Pedro Manuel de Ugartemendia. Su concepción urbanística «resultó profundamente renovadora y atrevida. En su proyecto inicial, tenía en cuenta todas las disposiciones de la ciudad moderna: salubridad, comodidad, ornato público, armonía, simetría, calidad de los materiales... destacando su componente igualitario de aspiración utópica».

Hospital de vanguardia

Con este libro, el lector puede descubrir alguna de las edificaciones que suelen pasar desapercibidas como el acueducto de Noain, obra de Ventura Rodríguez, que «es espectacular». Otro ejemplo es el Hospital de Atxuri, de Gabriel Benito de Orbegozo. «Fue un hospital muy de vanguardia porque con su forma de peine, con pabellones perpendiculares a un cuerpo alargado, estaba completamente orientado al sol. Cuando se ve en su contexto uno se da cuenta de lo que supuso como aportación a la Sanidad. A veces las cosas están ahí y no se habla de ellas».

Otras construcciones que se estudian son la fachada de la catedral de Pamplona, la Plaza Nueva y la Diputación Foral de Álava, ambas en Vitoria, y el cementerio de Dima.

Pieza clave para la implantación tan férrea del neoclasicismo en el País Vasco fue la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, con un afán de modernizar el universo humano, incluida la arquitectura. El "Discurso sobre la comodidad de las casas" del conde de Peñaflorida de 1766 también tuvo una importante influencia. Ahí reflejaba la idea del confort, que se potenció en el siglo XVIII. Hasta entonces se daba relevancia a otros elementos como la presencia del edificio. El confort era un valor en alza, se investigaba sobre nuevos materiales, se destacaba cómo había que sanear los edificios. El discurso de Peñaflorida era muy adelantando».

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