sábado, 4 de noviembre de 2017

#recursoselectronicos #articulos #arquitectura | El arte funerario entre la tradición y la vanguardia: el cementerio de Nuestra Señora del Carmen de Getxo

El arte funerario entre la tradición y la vanguardia: el cementerio de Nuestra Señora del Carmen de Getxo [Recurso electrónico] / José María Gutiérrez Landaburu , Jesús Muñiz Petralanda.
En: Ondare : cuadernos de Artes Plásticas y Monumentales, n. 23 (2004), p. 411-424. Monográfico “Revisión del Arte Vasco entre 1875-1939”.

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/ Arquitectura – Siglo XX / Cementerios – Bizkaia / Fidsel Iturria / Getxo
TEXTO COMPLETO / Euskomedia
http://www.euskomedia.org/analitica/5835

El arte funerario constituye un apartado imprescindible para el estudio del arte contemporáneo, aún no suficientemente estudiado. Abordamos el estudio de uno de los conjuntos más relevantes de este capítulo en el País Vasco, el Cementerio Municipal de Getxo (Bizkaia), explicando su génesis, y aportando datos inéditos de autoría y datación acerca de las capillas y panteones más destacados.

Las primeras iniciativas para la construcción de un nuevo cementerio datan de abril de 1883, cuando Manuel de Zalduendo, Alcalde del municipio, planteó la ampliación del recinto funerario que servía a la Parroquia de San Nicolás de Algorta, un cementerio porticado de planta cuadrada, obra del arquitecto Juan Antonio de Menchaca, que había sido edificado en 1863 y que para entonces se encontraba ya saturado. Probablemente fruto de esta propuesta fue el proyecto de ampliación que realizaría en 1885 el arquitecto Casto de Zavala y que no llegó a construirse.

Puesto que el problema seguía sin solucionarse, la necesidad fue nuevamente formulada en febrero de 1899 por el teniente de alcalde Santiago Diliz, quien afirmaba que para hacer hueco a los nuevos enterramientos era ya preciso remover los cadáveres antes del tiempo reglamentario y que desde hacía cuatro años estaba prohibido el acceso al cementerio a quienes acompañaban al difunto durante el sepelio, con el propósito de evitar contagios. Pese a que en septiembre de este mismo año se acordó la creación de una comisión específica para realizar las gestiones precisas, ésta no se constituyó hasta el 30 de enero de 1902.

Para octubre de 1902 la comisión presentaba las propuestas de adquisición de diversos terrenos, optándose al mes siguiente, tras las oportunas consultas a la Junta de Sanidad, por los pertenecientes al caserío Goicoeche. Según se refiere en un informe del arquitecto municipal Fidel Iturria, fechado en diciembre de ese mismo año, pese a que la composición del terreno no era la idónea, no existía mejor opción respecto a su ubicación, pues el espacio disponible junto a las laderas del este de la población planteaba problemas de salubridad, dada la existencia de diversos manantiales. Por nuestra parte podemos apuntar que en contrapartida, esta opción supuso su establecimiento en un emplazamiento despejado y ventilado, próximo a la línea de costa, lo que constituye uno de sus aciertos más significativos y nos permite incluir a este camposanto entre los denominados cementerios “marineros”.

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